Mas vale paso que dure que trote que canse

Hace unos días, el periódico Reforma publicó un análisis titulado «Queda corto apoyo a nuevos partidos», basado en datos del INE con corte al 15 de abril. Si bien el artículo cumple con informar, su enfoque parece ignorar un principio fundamental de cualquier proceso democrático sólido: la construcción de proyectos políticos no se mide en esprints, sino en maratones. Apenas han transcurrido dos meses de los doce que establece la Ley para cumplir con los requisitos de formación de nuevos partidos. Juzgar el avance en esta etapa equivaldría a calificar un edificio solo por sus cimientos.

Es cierto que, según el INE, siete de las 77 organizaciones en proceso han realizado 53 asambleas distritales de 112 programadas, cancelando 59 por falta de quórum. Sin embargo, reducir este fenómeno a una supuesta «falta de apoyo» es omitir un análisis crucial: la diferencia entre táctica y estrategia.

En México Nuevo, Paz y Futuro hemos optado por un camino distinto. Mientras otras organizaciones priorizan la velocidad —convocando asambleas sin bases sólidas—, nosotros entendemos que la afiliación no es un trámite, sino un compromiso. Por ello, antes de convocar asambleas, nos dedicamos a tejer redes ciudadanas en los 32 estados, los 300 distritos federales los cientos de distritos locales y los miles de municipios. ¿El objetivo? Garantizar que cada asamblea no solo cumpla con el quórum, sino que represente auténticamente a comunidades organizadas y conscientes de su papel histórico.  Como establece la sabiduría popular “más vale paso que dure que trote que canse”.

Las cancelaciones de asambleas en otras organizaciones no reflejan desinterés ciudadano, sino errores metodológicos. ¿Acaso tiene sentido convocar asambleas sin antes hablar con los líderes locales, sin dialogar sobre las necesidades específicas de cada región, sin generar confianza? La respuesta es evidente.

Este trabajo silencioso —no visible en las estadísticas del INE— es el que asegurará que nuestras asambleas no sean actos formales, sino espacios de participación real.

El plazo concluye en enero de 2025, lo que nos deja diez meses para consolidar 20 asambleas estatales. Este tiempo no es un lujo, sino una oportunidad para:

1. Fortalecer las estructuras en los estados, distritos locales y federales y municipios.

2. Lograr la afiliación sin descuidar el contacto puerta a puerta en zonas rurales.

3. Articular un ideario claro que trascienda el anti-lopezobradorismo y ofrezca soluciones concretas a crisis como la judicial o la energética.

Como bien señalo en mis recorridos por el país —de Tijuana a Chetumal—, hay un anhelo colectivo por una alternativa creíble: no solo contra MORENA, sino contra la partidocracia que durante décadas fragmentó el tejido social. La ciudadanía no quiere otro partido «atrápalo-todo», sino uno que devuelva la dignidad a la política.

Nuestros pilares, lo que nos distingue, son nuestras causas entre las que destaco:

1. Justicia independiente: Rechazamos la reforma judicial de Sheinbaum, que politizaría la elección de jueces. Proponemos en su lugar un sistema de méritos avalado por universidades y colegios de abogados.

2. Pacto por la paz: Combatiremos la colusión narco-gobierno con una policía civil profesional y una inteligencia financiera que persiga lavado de dinero.

3. Economía con rostro humano: Sustituiremos las dádivas electoreras por empleos formales, impulsando Pymes con acceso a créditos blandos y mercados internacionales.

4. Democracia participativa: Implementaremos consultas ciudadanas vinculantes en temas clave como concesiones mineras o presupuestos municipales.

México no aguanta más experimentos. Necesitamos una fuerza política que conjunte experiencia institucional con la frescura de las nuevas generaciones. Por eso, en México Nuevo, Paz y Futuro no solo buscamos afiliados, sino corresponsables de un proyecto país.

Si compartes la urgencia de rescatar la democracia y de construir un mejor país, te invitamos a afiliarte llamando al 55-5606-1894, 55-2924-5017 o 55-2837-3193.

El artículo de Reforma podría desanimar a algunos, pero los que hemos luchado por México toda la vida sabemos que las transformaciones profundas requieren persistencia. Hoy, frente al retroceso morenista, repetimos con convicción: «No es la velocidad, sino la dirección lo que define el destino».

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